Me siento un buscador del cuarto camino

 


Gurdjieff habla de tres vías, la del fakir, la del sacerdocio, la yoga y el cuarto camino.

Pero la puerta de entrada no está al nivel de la vida.

No hay un Instituto para el desarrollo armónico de la humanidad con su formulario de inscripción y membresía.

Es un punto titilante en un paisaje de neblinas y vientos de arena el inicio del camino.

En forma pusilánime, estentorea y vacilante lo he buscado.

No sé si lo he encontrado, he hallado amigos en la tormenta de arena que con la intermitencia de linternas me ayudan a seguir, a darme un poco de agua en los raros oasis del camino.

 

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