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Seven Teen

 Va a cumplir setenta años y reconoce que a los 17 años fue cuando más cerca estuvo de saborear la verdad como un objeto atractor pero invisible, visible en los que bajaban del parque y los escuchaba en el centro de la ciudad, a R.V. que hablaba de centros que había que hacer algo, ya ya no recuerda que pero el sabor de ese atardecer lo lleva a pensar en que tiene que hacer contacto con gente de esa edad, que luego, a los pocos años algo se cierra (Gombrowicz algo dice, Nietszche también). ¿Pero como puede ser visto por esa edad?

Magnetismo animal

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  Ayer me compré Catorce lecciones de filosofía yogi y ocultismo oriental de Ramacharaka Fue un libro  que había leído a los 17 años.  Ramacharaka fue un seudónimo de William Atkinson, un abogado norteamericano que escribió cientos de libros con distintos seudónimos, uno de ellos fue Yogi Ramacharaka, su biografía es alucinante y se merece un  estudio, una novela biográfica. Parece que El Kibalion era de él y no de tres iniciados, o sí, y él era uno de los tres iniciados. Las leyes anunciadas en el Kibalion dan para otra nota. Aquí su vida: https://en.wikipedia.org/wiki/William_Walker_Atkinson  Y anoche lo leí como forzándome en creer que existen los viajes astrales, la vida después de la muerte y el magnetismo humano y sus curaciones a distancia. Mesmer, ando buscando, le dije al librero de la Alameda, tiene una mesa de libros usados. Y en eso estoy, después de haber leído algo de magnetismo animal en Ouspensky.  Bibliografía:   https://jralonso.es/2015/11/21/magnetismo-animal/ 

Ayer al ocaso

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  Un yo que  me frecuenta al atardecer y se pone cansado, romántico y patético. No tengo indicios ahora. 

Me siento un buscador del cuarto camino

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  Gurdjieff habla de tres vías, la del fakir, la del sacerdocio, la yoga y el cuarto camino. Pero la puerta de entrada no está al nivel de la vida. No hay un Instituto para el desarrollo armónico de la humanidad con su formulario de inscripción y membresía. Es un punto titilante en un paisaje de neblinas y vientos de arena el inicio del camino. En forma pusilánime, estentorea y vacilante lo he buscado. No sé si lo he encontrado, he hallado amigos en la tormenta de arena que con la intermitencia de linternas me ayudan a seguir, a darme un poco de agua en los raros oasis del camino.